martes, 21 de febrero de 2017

Quien es el Rey de la Cocaína?

Quien es el Rey de la Cocaína?


Ayda Levy, viuda del narcotraficante boliviano Roberto Suárez, afirma en su libro que su marido y Pablo Escobar viajaron de Bogotá a La Habana en enero de 1983 para reunirse con Fidel Castro. 
Según ella,  fueron invitados a La Habana por el embajador cubano en Colombia, Fernando Ravelo, y por Antonio de la Guardia. Viajaron en el avión de Escobar, cenaron en Marina Hemingway con Arnaldo Ochoa y Patricio de la Guardia, y al día siguiente acordaron con el ministro del Interior, José Abrantes, pagar un millón de dólares diarios por utilizar el espacio aéreo y las aguas territoriales de Cuba en el tráfico hacia EEUU.
Llegado a ese acuerdo, El General Arnoldo Ochoa llevó en hélicoptero a Suárez y Escobar a Cayo Piedra, donde los esperaban Fidel y Raúl Castro. Según Levy, esa conexión no duró más que dos años, en los cuales La Habana recaudó unos 500 millones de dólares. ¿Puede hablarse entonces de varias conexiones cubanas del narcotráfico operadas por los mismos personajes?
Lo que cuenta Ayda Levy es de su exclusiva responsabilidad, pero ella me hizo una revelación que no incluyó en su libro. Dice que tiene en una caja de seguridad documentación muy importante sobre las operaciones de narcotráfico. Ahí puede haber información determinante.
También me han contado que hubo por lo menos dos conexiones cubanas con el narcotráfico a través de diferentes funcionarios, pero no lo incluyo en mi libro porque no tengo suficientes evidencias. Ahora publica un libro el hijo de Pablo Escobar en el que solo dice que su padre tuvo "la complicidad de oficiales de alto rango en el régimen cubano".
Antes hablaba de una triangulación de la CIA con los contras de Nicaragua y el Cártel de Medellín. En su libro habla de dos rutas del Cártel de Medellín para introducir cocaína en Estados Unidos: la "imperialista", con vuelos de la CIA desde México en complicidad con el gobierno del PRI, y la "revolucionaria", que hacía escala en Cuba. Hemos hablado ya de esta última y ahora quisiera pedirle que describiera la ruta "imperialista".
La Administración Reagan organizó inmediatamente con la CIA un ejército de mercenarios (la contra) para combatir desde Honduras, El Salvador y Costa Rica al gobierno sandinista de Nicaragua. Cuando el Congreso de EEUU prohibió la financiación de esa guerra, como consecuencia de las operaciones terroristas de la CIA y sus mercenarios, desde el Consejo de Seguridad Nacional (CSN) se encargó a la CIA organizar una red de comercialización de cocaína con los narcotraficantes de Bolivia, Colombia y México, para financiar en secreto a los contras.
Los aviones de la CIA introducían en EEUU los cargamentos de cocaína, utilizando incluso bases militares. Acaba de estrenarse aquí en USA la película Matar al mensajero del periodista asesinado Gary Webb, que cuenta aquella conspiración. El entonces presidente mexicano Miguel de la Madrid colaboraba con la Administración Reagan en el abastecimiento para los contras. La CIA tenía la complicidad de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la policía política del PRI mexicano.
Una parte de la cocaína introducida por la CIA se comercializó en forma de crack, un derivado muy peligroso que provocó una oleada de muertes entre los consumidores de los barrios negros de Los Ángeles llamada la epidemia del Crack en. La CIA y la DFS eliminaron al agente de la DEA Enrique Camarena y al periodista mexicano Manuel Buendía cuando ambos descubrieron la triangulación de la CIA con los contras y el Cártel de Guadalajara (México) y el Cártel de Medellín (Colombia). Las operaciones las dirigía desde la Casa Blanca el teniente coronel Oliver North del CSN. Sus delegados en la base militar salvadoreña de Ilopango eran los agentes cubanos de la CIA Félix Rodríguez y Luis Posada Carriles.
Rodríguez, que se relacionaba directamente con el entonces vicepresidente George Bush, lo cuenta en su autobiografía Guerrero de las sombras.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario